“Nunca adivinarás cómo acaba este texto”

Imagínate la escena: estás en tu casa, sentado frente al escritorio con mil cosas por hacer para las 0:00. Sin embargo, de repente te das cuenta de que son ya las 23:60 y eso significa que has estado más de una hora perdiendo el tiempo siendo totalmente incapaz de hacer absolutamente nada. ¿El motivo? Una sola palabra: memes. Pero estás tranquilo porque aún te quedan 40 minutos por delante. ¿Tu distracción? Esa nueva forma de expresión en redes sociales a través de una imagen, un vídeo o solamente un texto que pretenden tener un fin humorístico. Aunque también suelen ser utilizados como una forma de crítica social o política.

Ahora bien, ¿qué son realmente los memes? Es posible que los memes sean lo más representativo de la cultura digital en la actualidad, fórmulas que permiten a las personas expresar opiniones y su descontento con según que situaciones o personajes. Sin embargo, Richard Dawkins, el tipo que concibió este término en su origen, lo entendía como la unidad más básica de una cultura, es decir, aquello que se transmite a gran escala a través de la imitación y la repetición. Desde frases hechas hasta gestos, pasando por recetas de cocina.

Este concepto ha ido evolucionando hasta el día de hoy para convertirse en apropiaciones de referencias, experiencias, pensamientos y sentimientos compartidos para reflejarlos mediante los tipos de contenido mencionados anteriormente. En cambio, también es posible encontrarse con una interpretación de esta idea que, en principio, nada tenga que ver con lo creado por Dawkins, sino que simplemente sean chistes o tendencias virales en ese momento. Pero en estos casos también son considerados memes debido a esa característica de lo masivo y repetitivo.

Precisamente es en el presente cuando el meme vive su mejor momento histórico, ya que se le está otorgando un carácter más divulgativo y su relevancia depende de los individuos que conforman la sociedad. Eso sí, en este momento ha de hacerse una diferenciación entre dos tipos de memes: por un lado, están los mainstream, los protagonistas de la película, aquellos que trascienden y llegan a varias generaciones distintas; y, por otro lado, los que no superan esa barrera y su plena comprensión y disfrute está únicamente al alcance de los nativos digitales y las personas integradas en la cultura pop. Esta última clase de meme puede ser denominada “de nicho”, aunque también se les podría llamar indie, como a esos grupos de música, películas o videojuegos que solo gustan a unos pocos. En caso de que no entiendas ninguno de estos dos tipos, quizá debas salir un poco de tu cueva, compañero.

Un ejemplo de meme mainstream puede ser el Coffin Dance, aquel que se hizo extremadamente viral durante el confinamiento y que consistía en un vídeo que mostraba una situación en la que estaba teniendo lugar una discusión, por ejemplo, o alguien recibía o se daba un golpe y, entonces, se cortaba el vídeo y aparecía un ataúd sujetado por un grupo de bailarines vestidos de traje bailando una coreografía con el féretro a hombros.

Por su parte, casos de memes de nicho podrían ser los que utilizan escenas de Bob Esponja, Breaking Bad, Shrek, Monstruos S. A, The Office. y otras series, pelis o programas de televisión. O, también, memes que usan las plantillas del perro grande y el perro pequeño o del gato blanco siendo increpado por una mujer rubia mientras otra la sujeta. O, en el caso concreto de 2023: el hombre diciendo just hanging around (solo estaba por aquí) o la plantilla del culturista Mike O´Hearn, de los mejores memes de la cultura pop de este año.

La vida de un meme sigue los siguientes pasos: nace, se adapta a los medios de difusión y a los gustos de la sociedad que lo va a consumir, se transforma para perfeccionar esa adaptación, se viraliza y muere de forma progresiva. Incluso es posible que, en el futuro, si se dan ciertas condiciones, este puede resucitar. O como le dijo Milhouse a Bart en Los Simpsons sobre Alf: “volver en forma de chapa”.

Uno de los objetivos de la cultura del meme es reírse de las fortalezas y las debilidades de la sociedad y de las diferentes generaciones que la forman. Y se ha convertido en algo tan integrado en la cultura que hasta las empresas han comenzado a hacer uso de ellos en sus campañas haciendo referencia a sí mismas, a sus productos, a sus clientes o hasta a su competencia.

Ejemplos de ello son Spotify, Amazon Prime Video, Destinia.com y Casio. Spotify ha realizado campañas enseñando canciones que tiene disponibles empleando la plantilla de “Me: ‘x’ / Also me: ‘y’” (“Yo: ‘x’ / También yo: ‘y’”), que pretende representar una situación en la que una persona dice que va a hacer algo y después no lo hace o hace justo lo contrario, como cuando tú dices que vas a estudiar y te quedas dos horas atrapado en Tik Tok.

Amazon Prime Video, por su parte, coge fotogramas o escenas de las series y películas que tiene en su catálogo y crea memes a partir de ellas. Destinia, en cambio, ha hecho uso de la figura de Julio Iglesias y su frase: “y lo sabes”, creando un eslogan en torno a su figura y esa mítica frase.

Y, por último, Casio aprovechó el éxito de la canción que sacó Shakira con el productor argentino Bizarrap, dándole la vuelta a la tortilla para promocionar sus relojes, ya que la colombiana dejaba en mal lugar a la marca en comparación con Rolex en un verso del tema. Para esta campaña se apoyaron en la plantilla del novio distraído en la que una pareja va caminando de la mano y el chico se gira para fijarse en otra mujer que pasa caminando a su lado.

Los memes han tenido un enorme impacto cultural en la sociedad de hoy en día. No solo son una auténtica droga, sino que también han eliminado por completo el prejuicio de que tan solo algunos tienen el talento o la aceptación social para crear obras de expresión artística. Teniendo en cuenta la facilidad y la rapidez con la que se pueden crear los memes, hasta el más tonto puede hacerlos.

Además, debido a su viralidad y consumo masivo, en algunos casos se ha llegado a generar una especia de memoria colectiva a su alrededor y también una suerte de mente colmena que potencia y exprime al máximo las publicaciones más exitosas para sacarles todo el partido posible. Cuando el jugo humorístico de una se agote, a por la siguiente. Como si fuese un zumo de naranja.

Este nuevo concepto de meme ha llegado para quedarse. Salta a la vista que la sociedad, sobre todo las nuevas generaciones, los disfrutan. Hay quienes incluso los utilizan como parte de su lenguaje y los incluyen en su rutina diaria. De hecho, todos tenemos una persona en nuestra vida con la que solo nos pasamos memes.

Los seres humanos hemos desarrollado un vínculo con la memética realmente fuerte. Esta funciona como fuente de humor y creatividad a nivel colectivo. En el caso de los memes más virales, hasta llegan a fomentar la participación activa de los usuarios en la creación y difusión de nuevas y mejoradas versiones. Asimismo, la memética también ha dejado claro que es capaz de unir personas de distintas generaciones y de diferentes países e incluso hablantes de diversos idiomas. ¡Que viva la comí… Los memes!

Por último, los memes llevan a cabo una función vital a la hora de aliviar el estrés y el agobio de las personas. En esos momentos de entretenimiento y distracción, el usuario se abstrae de sus problemas y queda totalmente absorto en unas fuentes inagotables de memes como lo son Internet y las redes sociales. Implementando estas últimas, además, un algoritmo diseñado para, poco a poco, adaptarse a los gustos de cada uno y ofrecer publicaciones cada vez más acordes a las preferencias del que está al otro lado de la pantalla. Funciona como una cárcel, pero por lo menos es graciosa.

Por cierto, “recuerda que si trabajas lo suficientemente duro puedes sustituir la depresión con cansancio”.

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