Las estrellas a un solo click

Entras un día en TikTok, comienzas a deslizar sin control hacia abajo, parándote apenas un minuto en cada vídeo, y te topas con una chica que te dice: “no sigas bajando, si este vídeo ha aparecido en tu teléfono es porque va dirigido a ti”. ¿Cómo rechazar semejante oferta? Así, tal vez por casualidad o tal vez no, ha adivinado tu signo del zodiaco y a través de las cartas comienza a decirte exactamente lo que necesitabas escuchar sobre tu vida, tus relaciones o tu persona. Esta es la astrología moderna, pero no siempre fue así.

La astrología es una disciplina que estudia la influencia de los cuerpos celestes, tales como el Sol, la Luna y los planetas, en la vida humana. La historia de lo que muchos científicos califican de pseudociencia se remonta a miles de años atrás, en las civilizaciones antiguas de Mesopotamia, Egipto y la India.

Los sumerios de Mesopotamia fueron los primeros en observar el cielo nocturno, leer las estrellas y sus movimientos, anotar alteraciones e intentar predecir eventos futuros, como la aparición de cometas o eclipses. Comenzaron a identificar las diversas constelaciones y, continuando con sus investigaciones, los babilonios crearon la primera rueda zodiacal. El proceso fue sencillo: dividieron la eclíptica, el camino que sigue el Sol para dar la vuelta a la Tierra en un año, en doce sectores de treinta grados basados en los doce meses. Cada uno de ellos hacía referencia a una constelación y se identificaba con un animal.

Por su lado, en Egipto la astrología estaba estrechamente ligada a la religión. Los sacerdotes egipcios creían que los dioses se comunicaban a través de los cuerpos celestes y, por lo tanto, la utilizaban para interpretar señales divinas. En la India, la astrología se desarrolló a través de la filosofía hindú y se convirtió en una gran parte de su cultura que permanece aún en nuestros días. Los astrólogos hindúes creen que las estrellas influyen en nuestra personalidad y nuestro destino.

Astrología en el antiguo Egipto

Sin embargo, el verdadero origen de lo que hoy conocemos como astrología data de la época de Alejandro Magno, en la propia ciudad de Alejandría. Allí, se unió la tradición astrológica babilónica con la egipcia creando la tradición horoscópica. Más tarde, los griegos dieron vida al término zodiakos kyklos o círculo animal, que es lo que hoy en día conocemos como zodiaco. De ahí surgieron los doce signos, que hacen referencia a cada una de las doce constelaciones que representan los sectores en los que dividieron la eclíptica, y están asociados a elementos de la mitología griega. Estos signos, mundialmente conocidos, son los siguientes: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.

El zodiaco muestra el signo solar de cada persona, es decir, donde estaba cada constelación ubicada en el cielo en el momento de su nacimiento. Según esta pseudociencia, dicha información es muy valiosa para determinar la personalidad del individuo así como conocer hechos sobre su pasado, presente y, sobre todo, futuro.

Con el paso de los años se fue haciendo cada vez más popular y, en la Edad Media, se convirtió en una parte muy importante de la cultura europea a la par que India y China iban desarrollando sus propias versiones del zodiaco. Con los avances matemáticos, los astrólogos fueron añadiendo más precisión a sus cartas e incluso científicos como Galileo Galilei afirmaron tener creencias astrológicas. Sin embargo, este mismo tuvo que renunciar a ellas a medida que la Iglesia ganaba poder, ya que fue denunciado por herejía.

La vida siguió avanzando y con el desarrollo de internet, y más concretamente de las redes sociales, la seriedad de esta práctica se ha ido perdiendo. Sin embargo, su número de fieles solo ha aumentado. Únicamente entre 2016 y 2017, las visualizaciones de vídeos relacionados con astrología crecieron un 116% en Facebook y consiguieron un 300% de engagement en Twitter. Estas plataformas, junto con otras como Instagram o TikTok, y todo lo que las envuelve ha dado pie a que esta pseudociencia se haya llevado al extremo convirtiéndose, incluso, en un meme.

Afirma Charas Vega, (@Charcastrology), astróloga y bruja de internet, que el consumidor medio de astrología ha variado mucho. Antes, el target eran mujeres entre 30 y 39 años, actualmente son jóvenes entre 20 y 30. Estas generaciones se han formado acostumbrados a sentirse sobre estimulados. Conocer esta una necesidad imperiosa de consumo constante de información ha llevado a los creadores de contenido relacionados con la pseudociencia que nos incumbe a encontrar en las redes un nicho de mercado. Además, lo han adaptado al humor moderno ya que es así cómo triunfa la mayor parte del contenido que consumen estos jóvenes.

Así, se han ido creando cuentas, como por ejemplo @notallgemini, famosa en Instagram, o la propia cuenta de Vegas, que dan contenido astrológico en este formato. Es cercano, gracioso y fácil de consumir, tal y como todo lo que buscan estos jóvenes cada vez que abren su teléfono. Desde averiguar qué tipo de queso eres según el signo del zodiaco que te representa, hasta determinar rasgos de tu personalidad basados en momentos de la cultura pop y, obviamente, una lectura de carta astral para conocer el futuro, las posibilidades son infinitas. Todo ello ha determinado un gran boom de la astrología en este último siglo, pero también ha cambiado brutalmente las tradiciones que se crearon allá en Alejandría, y toda la oscuridad que podía envolver esta práctica se ha ido desprendiendo hasta convertirse en un tema de constante actualidad.

Cierto es que es tarea de cada uno elegir qué creencias aplicar realmente en nuestro día a día y cuáles recordar como un simple momento anecdótico. Sin embargo, según un estudio realizado por el psicólogo Graham Tyson en 1982, las personas que recurren a la astrología, lo hacen para sobrellevar períodos de estrés ligados a su rol social y sus relaciones personales. Estos períodos suelen coincidir con esa época al inicio de los 20 en la que muchos pasamos por una crisis existencial basada en todos los cambios y transiciones que experimentamos. Además, en el mundo contemporáneo las líneas de todo son difusas, estamos bombardeados con sobre información y la autodeterminación se convierte en una cruel tarea. Por ese motivo, buscar respuestas en la astrología no es algo tan descabellado.

Publicación de la cuenta @notallgeminis en Instagram

Alrededor de esta pseudociencia, sobre todo desde la explosión de TikTok, han ido surgiendo otras variables. En esta última plataforma, cualquier cosa, por muy loca que parezca, es posible. En ella, se ha desarrollado un fenómeno que envuelve a las presuntas brujas creadoras de contenido. Estas brujas tienen miles de seguidores y, aunque en la Inquisición se escondían para evitar ser quemadas, ahora crean vídeos en redes sociales sobre rituales, meditaciones y otros temas relacionados con espiritualidad y magia. Aun así, el escepticismo en torno a lo “no explicable” solo aumenta e incluso otros creadores de contenido levantan la voz en contra de ellas. Este es el caso de Ethan Keiser, tiktoker americano con más de medio millón de seguidores gracias a sus teorías y experimentos, que retó a todas las brujas de TikTok a que le echaran una maldición, llegando a enviarles un mechón de su cabello, uñas o ropa. Así fue, le afirmaron que notaría los efectos en tres semanas aproximadamente y tres meses más tarde no había ocurrido nada. «Mucha gente dice que estoy jugando con fuego, me estoy sacrificando para mostrarles a todos que esto no tiene sentido porque no quiero que gasten dinero en esta gente y sean estafados», afirmaba Keiser. En estas declaraciones, se observa la otra cara de la moneda, el negocio que existe detrás de estas prácticas y que, en muchas ocasiones, no es lícito.

Sin embargo, Chara Vegas, mencionada anteriormente, expresa que para muchos es puro entretenimiento y no conlleva un desembolso económico. «Es curioso porque la gran mayoría de gente que lo consume no lo ve ni siquiera como una ciencia. Solo somos chavalas que no hacemos daño a nadie. ¡Oye!, tú te entretienes mirando un partido de fútbol mientras le gritas a la tele y nadie te dice nada. La astrología siempre ha sido un espacio muy feminizado y hay un poco de machismo en este odio», declara.

Tras este breve paseo a través de la historia, podemos afirmar que la base de la astrología se mantiene a pesar de haber evolucionado. Sigue siendo una forma de vida para muchos, como lo era allá en Alejandría, es algo en lo creer, una fuente de inspiración. La llegada de las redes ha promovido su uso y también lo ha banalizado, pero ahora esta pseudociencia está al alcance de todos, en todas sus versiones, y está triunfando más que nunca.

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